….Estando
en esto, comenzó a dar voces don Quijote, diciendo: -¡Aquí, aquí,
valerosos caballeros, aquí es menester mostrar la fuerza de vuestros
valerosos brazos; que los cortesanos llevan lo mejor del torneo!-
- Calle vuestra merced, señor compadre-dijo el cura- que Dios será servido que la suerte se mude, y que lo que hoy se pierde, se gane mañana....
Aquella
noche quemó y abrasó el ama cuantos libros había en el corral y en
toda la casa; y tales debieron de arder, que merecían guardarse en
perpetuos archivos....y así se cumplió el refrán en ellos de que
pagan a las veces justos por pecadores....
Uno
de los remedios que el cura y el barbero dieron por entonces, para el
mal de su amigo, fue que le murasen y tapiasen el aposento de los
libros, porque cuando se levantase no los hallase (quizá quitando la
causa, cesaría el efecto), y que dijesen que un encantador se los
había llevado, y el aposento y todo....
….Se
levantó don Quijote, y lo primero que hizo fue ir a ver sus libros,
y como no hallaba el aposento....preguntó a su ama....
El
ama, que ya estaba bien advertida de lo que le había de responder,
le dijo:
-¿Qué
aposento, o qué nada, busaca vuestra merced? Ya no hay aposento ni
libros en esta casa, porque todo se lo llevó el mesmo diablo.
-No
era diablo-replicó la sobrina- sino un encantador que vino sobre una
nube una noche....dijo que se llamaba el sabio Muñatín.
-Frestón
diría- dijo don Quijote.
No
sé-respondió el ama- si se llamaba Frestón o Fritón; sólo sé
que acabó en “ton” su nombre.
-Así
es-dijo don Quijote- que ese es un sabio encantador, grande enemigo
mío, que me tiene ojeriza, porque sabe por sus artes y letras que
tengo de venir, andando los tiempos...lo que por los cielos está
ordenado.
-¿Quién
duda de eso?- dijo la sobrina-, pero ¿quién le mete a vuestra
merced, señor mío, en esas pendencias? ¿No serí mejor estarse
pacífico en su casa, y no irse por el mundo a buscar pan de
trastrigo, sin con salvar que muchos van por lana y vuelven
trasquilados?
-¡Oh
sobrina mía- respondió don Quijote- y cuán mal que estás en la
cuenta! Primero que a mí me trasquilen, tendré peladas y quitadas
las barbas a cuantos imaginaren tocarme a la punta de un solo
cabello.
Es
de destacar en este punto, dos consideraciones, primero, que del modo
que tiene la sobrina de razonar y hablar a la sazón con don Quijote,
podría aplicársele de molde el conocido refrán, de tal palo, tal
astilla. Y segundo, que los únicos personajes que carecen en un
principio de nombre, son precisamente el ama y la propia sobrina,
pudiendo aplicarse entonces lo de, en casa del herrero, cuchillo de
palo.
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