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martes, 12 de marzo de 2013

Lectura e interpretación nueva de El Quijote: (séptima entrega)


….Hallóse don Quijote al entrar del oídor y de la doncella, y así como lo vio, dijo:
-Seguramente puede vuestra merced entrar y espaciarse en este castillo....
Admirado quedó el oídor del razonamiento de don Quijote, a quien se puso a mirar muy de propósito , y no menos le admiraba su talle que sus palabras....
En resolución, bien echó de ver el oídor que era gente principal toda la que allí estaba, pero el talle, visaje y apostura de don Quijote le desatinaba....
Allí don Quijote estaba atento, sin hablar palabra, considerando estos tan extraños sucesos, atribuyéndolos todos a quimeras de la andante caballería....
….-Tomad, señora, esa mano, o, por mejor decir, ese verdugo de los malhechores del mundo, tomad esa mano, digo, a quien no ha tocado otra de mujer alguna, ni aun la de aquella que tiene entera posesión de todo mi cuerpo. No os la doy para que la beséis, sino para que miréis la contextura de sus nervios, la trabazón de sus músculos, la anchura y especiosidad de sus venas; de donde sacaréis qué tal debe ser la fuerza del brazo que tal mano tiene.
-Ahora lo veremos -dijo Maritornes....
….subió sobre Rocinante, embragó su adarga, enristró su lanzón, y tomando buena parte del campo, volvió a medio galope, diciendo:


-Cualquiera que dijere que yo he sido con justo título encantado, como mi señora la princesa Micomicona me dé licencia para ello, yo le desmiento, le rieto y desafío a singular batalla.
Admirados quedaron los nuevos caminantes de las palabras de don Quijote; pero el ventero les quitó de admiración, diciéndoles que era don Quijote....
….cuando el demonio, que no duerme, ordenó que en aquel mesmo punto entró en la venta el barbero a quien don Quijote quitó el yelmo de Mambrino y Sancho Panza los aparejos del asno....
….Ya estaba don Quijote delante, con mucho contento de ver cuán bien se defendía y ofendía su escudero, y túvole dede allí adelante por hombre de pro, y propuso en su corazón de armarle caballero en la primera ocasión que se le ofreciese, por parecerle que sería en él bien empleada la orden de la caballería....
….Aquí no pudo contenerse don Quijote....
….-Porque vean vuestras mercedes clara y manifiestamente el error en que está este buen escudero, pues llama bacía a lo que fue, es y será el yelmo de Mambrino....En lo del albarda no me entremeto; que lo que en ello sabré decir es que mi escudero Sancho me pidió licencia....
-¡Pardiez, señor -dijo Sancho-, si no tenemos otra prueba de nuestra intención que la que vuestra merced dice, tan bacía es el yelmo de Mambrino como el jaez deste buen hombre albarda!
- Haz lo que te mando -replicó don Quijote-; que no todas las cosas deste castillo han de ser guiadas por encantamento.
Sancho fue a do estaba la bacía y la trujo, y así como don Quijote la vio, la tomó en las manos y dijo:
-Miren vuestras mercedes con qué cara podía decir este escudero que ésta es bacía, y no el yelmo que yo he dicho; y juro por la orden de caballería que profeso que este yelmo fue el mesmo que yo le quité, sin haber añadido en él ni quitado cosa alguna.
-En eso no hay duda -dijo a esta sazón Sancho-; porque desde que mi señor la ganó hasta agora no ha hecho con él más de una batalla, cuando libró a los sin ventura encadenados; y si no fuera por este “baciyelmo”....
….-¿Qué les parece a vuestras mercedes, señores, -dijo el barbero-, de lo que afirman estos gentiles hombres, pues aún porfían que ésta no es bacía, sino yelmo?
-Y quien lo contrario dijere dijo don Quijote-, le haré yo conocer que miente, si fuere caballero, y si escudero, que remiente mil veces.


Nuestro barbero, que....como tenía tan bien conocido el humor de don Quijote, quiso esforzar su desatino y llevar adelante la burla para que todos riesen, y dijo, hablando con el otro barbero:
-Señor barbero, o quien sois, sabed que yo también soy de vuestro oficio....y digo, salvo mejor parecer, remitiéndome siempre al mejor entendimiento, que esta pieza que está aquí delante y que este buen señor tiene en las manos, no sólo no es bacía de barbero, pero está tan lejos de serlo como está lejos lo blanco de lo negro y la verdad de la mentira; también digo que éste, aunque yelmo, no es yelmo entero.
-No por cierto -dijo don Quijote-, porque le falta la mitad, que es la barbera.
-Así es -dijo el cura, que ya había entendido la intención de su amigo el barbero.
….¡Válame Dios! -dijo a esta sazón el barbero burlado....¿Que es posible tanta gente honrada diga que ésta no es bacía, sino yelmo? Cosa parece ésta que puede poner en admiración a toda una Universidad, por discreta que sea. Basta: que si es que esta bacía es yelmo, también debe de ser esta albarda jaez de caballo, como este señor ha dicho.
-A mí albarda me parece -dijo don Quijote-; pero ya he dicho que en eso no me entremeto.
-De que sea albarda o jaez -dijo el cura- no está en más de decirlo el señor don Quijote; que en estas cosas de la caballería todos estos señores y yo le damos la ventaja.
-Por Dios, señores míos- dijo don Quijote-, que son tantas y tan extrañas las cosas que en este castillo, en dos veces que en él me he alojado, me han sucedido, ….porque imagino que cuanto en él que se trata va por vía de encantamento....que, ponerme yo ahora en cosa de tanta confusión o dar mi parecer, será caer en juicio temerario. En lo que toca a lo que dicen que ésta es bacía y no yelmo, ya yo tengo respondido; pero en lo de declarar si ésa es albarda o jaez, no me atrevo a dar sentencia definitiva; quizá por no ser armados caballeros, como yo lo soy, no tendrán que ver con vuestras mercedes los encantamentos deste lugar, y tendrán lo entendimientos libres, y podrán juzgar las cosas deste castillo como ellas son real y verdaderamente, y no como a mí me parecían.
….el que más se desesperaba era el barbero cuya bacía allí delante de sus ojos se le había vuelto yelmo de Mambrino, y cuya albarda pensaba sin duda alguna que se le había de volver en jaez rico de caballo....
….don Fernando dijo....a ninguno pregunto lo que deseo saber que no me diga que es disparate decir que ésta sea albarda de jumento, sino jaez de caballoy aun de caballo castizo....


….don Quijote....dijo:
-Aquí no hay más que hacer sino que cada uno tome lo que es suyo, y a quien Dios se la dio, san Pedro se la bendiga.
Uno de los cuatro (criados) dijo:
-Si no es que esto sea burla pensada, no me puedo persuadir que hombres de tan buen entendimiento....porque ¡voto a tal! -y arrojóle redondo- que no me den a mí a entender cuantos hoy viven en el mundo al revés de que ésta no sea bacía de barbero y ésta albarda de asno.
-Bien podría ser de borrica -dijo el cura.
-Tanto monta -dijo el criado- ….
….Oyendo esto uno de los cuadrilleros que había entrado, que había oído la pendencia y cuestión, lleno de cólera y enfado, dijo:
-Tan albarda es como mi padre; y el que otra cosa ha dicho o dijere debe de estar hecho uva.
-Mentís como bellaco villano -respondió don Quijote.
Y alzando el lanzón....
….toda la venta era llantos, voces, gritos, confusiones, temores, sobresaltos, desgracias, cuchilladas, mojicones, palos, coces y efusión de sangre. Y en la mitad deste caos, máquina y laberinto, ….don Quijote....dijo, con voz que atronaba la venta:
-Ténganse todos; todos envainen; todos sosieguen; óiganme todos, si todos quieren quedar con vida.
A cuya gran voz todos se pararon, y él prosiguió diciendo:
-¿No os dije yo, señores, que este castillo era encantado....? ….Finalmente, el rumor se apaciguó por entonces, la albarda quedó por jaez hasta el día del juicio, y la bacía por yelmo y la venta por castillo en la imaginación de don Quijote.

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